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lunes, 22 de agosto de 2016

LCP XXXII: GIBE III. LA GRAN PRESA DEL RÍO OMO.


En éste, nuestro último capítulo sobre los pobladores del río Omo, vamos a echar un vistazo a la situación en que se encuentran en este momento. Y, en concreto, a uno de los peligros que en este mismo instante se está materializando: la desertificación de su ambiente, la pérdida de los recursos naturales de los que han estado viviendo hasta ahora y que les eran dados, como a los antiguos egipcios, por las crecidas de las aguas del padre-río Omo. ¿Por qué? Porque el río Omo, cada temporada, con las lluvias, sufría un aumento en el caudal de sus aguas y éstas arrastraban limo, barro, nutrientes, desde las montañas lejanas hacia las planicies que preceden al lago Turkana. Y junto con la avenida de las aguas que ayudaban a llenar el lago Turkana; lago, por cierto, el más grande de los lagos desérticos del mundo; llegaban los elementos que fertilizaban sus orillas, que hacían que a lo largo de su territorio pudieran crecer cultivos, pudiera pastar el ganado y, en resumen, los pueblos afincados en sus alrededores pudieran crear una cultura tan rica y tan diferente como hemos podido comprobar y disfrutar en las entradas anteriores.


Sin embargo, el avance del ser humano como especie hará que estas crecidas de las que he hablado desaparezcan. El desarrollo económico de los distintos países provocará que toda una amplia zona del río Omo, dónde se encuentran dos parques nacionales, que se ha declarado Patrimonio de la Humanidad, se desertifique. El progreso de la sociedad creada por el ser humano como individuo "civilizado" llegará, incluso, a poner en riesgo la existencia del lago Turkana. ¿Y cómo está ocurriendo eso? Pues con algo tan "sencillo" como la construcción y puesta en marcha de una presa: la Gibe III.

Presa Gibe III en construcción

Cuando me estaba documentando para hablar de esta presa, he encontrado muchos artículos hablándome de los efectos devastadores de la misma. Pero, al ver que tenía un numeral, el III, me picó la curiosidad y decidí "descubrir" de dónde procedía y cuales eran la I y la II. Resultó que el proyecto Gibe, o mejor dicho Gigel Gibe se trata de un conjunto de presas y estaciones hidroeléctricas que constan de cinco construcciones, que llevan los numerales I, II, III, IV, V. De ellas, solamente están construidas las tres primeras.

La Gilgel Gibe I se trata de una presa situada en el río Omo, o más bien en uno de sus afluentes, el Gigel Gibe (según referencias). Tiene unos 40 m. de altura. Se encuentra a 57 km al noreste de Jimma, en la zona de Oromia, y puede producir 184 MW. Su construcción duró de 1986 a 2004. La Gilgel Gibe II es una estación hidroeléctrica que se encuentra a 80 km al este de Jimma, en la misma región que la presa I, y unida a ella por un túnel hidráulico de 26 km, que puede presumir de ser el más largo de África. Esta estación alcanza una producción de 420 MW, y se empezó a construir en marzo de 2005, siendo inaugurada en enero de 2010.

Gibe III en funcionamiento

Y llegamos a la Gibe III. Nuestra protagonista. Se comenzó a construir en el 2008, acabándose en el 2015. Se encuentra a 92 km al noroeste de Arba-Minch, Pero ahora vienen los datos más importantes, que son los que les darán una idea de la magnitud de la obra. Su altura es de 243 metros y su producción es de 1870 MW. De hecho, está previsto que suministre energía eléctrica no sólo a Etiopía, que es el país donde se encuentra, sino también a Kenya, Sudán y Djibouti.

Pero no se trata sólo de un problema energético. A partir del 2011, el gobierno etíope ha comenzado a arrendar terreno fértil del valle bajo del río Omo a empresas extranjeras para cultivos extensivos de biocombustible y otros cultivos de alto valor económico. Pero os preguntareis, ¿qué ocurre con las poblaciones asentadas en esos terrenos? Fácil, se resume en dos palabras: Expulsión, reasentamientos. Así de sencillo. El proyecto gubernamental Kuraz Sugar proyecta cubrir de esta forma unas 245.000 hectáreas.

La ministro de asuntos exteriores de Kenya, Amina Mohamed

Sin embargo, ante tal imagen desoladora, en mi documentación también me he encontrado con datos para la esperanza. Por ejemplo, en mayo el gobierno de Kenya ha decidido iniciar negociaciones con el de Etiopía para intentar una mejor solución al problema que plantea la presa Gibe III. Tanto en cuanto a la reducción, que se calcula en casi dos tercios, del volumen de agua del lago Turkana cuya principal fuente de abastecimiento es el río Omo, como de la vida de los pueblos de los alrededores, pues se ha podido comprobar un aumento de los enfrentamientos entre individuos de la etnia turkana, de Kenya, y de la etnia Dassanetch.

Por otro lado, los mismos pueblos del río Omo parecen querer ser los protagonistas de sus vidas y de su desarrollo. Ya en el año 2008 desarrollaron un Área de Conservación Comunal (CCA siglas en inglés) junto con un proyecto de turismo, parecido al que tienen los massai en zonas de Kenya y Tanzania, lo que les permitió obtener unos ingresos de 10.000 dólares americanos. Por desgracia, no consiguieron el reconocimiento del gobierno y tuvieron que parar el proyecto. Sin embargo, sirvió para que tomaran conciencia de las posibilidades de desarrollo dentro de sus propias comunidades, e incluso personal de los parques nacionales Mago y Omo, con los que siempre tenían conflictos, recibieron este tipo de proyecto de forma totalmente favorable.

Paisaje del parque nacional Mago

Como en muchos otros sitios de nuestro planeta, podemos ver que cuando al hombre se le deja administrar su propia tierra, cuando al indígena se le permite vivir la vida que él quiere y se le dan los medios necesarios para que ésta sea digna según su cultura, los conflictos suelen tener soluciones más sencillas de las que se pueden plantear desde sillas o sillones en despachos más o menos alejados de las tierras sobre las que se toman las decisiones.

Desde aquí, con un llamamiento al gobierno de Etiopía para que, en las decisiones que tome, tenga en cuenta a todos sus ciudadanos, incluidos aquellos que no viven en ciudades, sino en las llanuras y en las riberas de un río llamado Omo, me despido de ustedes, de vosotros, hasta la próxima entrada.

Anciano de la etnia Karo. Al fondo, el curso del río Omo

lunes, 31 de agosto de 2015

LA CULTURA DE LOS PUEBLOS


Definición de pueblos indígenas (Stephen Corry):
Descendientes de quienes estaban en el lugar antes de la llegada de otros que ahora constituyen la sociedad mayoritaria y dominante. Se definen por:
1º/ Su ascendencia.
2º/ Rasgos particulares respecto a los que llegaron más tarde.
3º/ Visión que tienen de sí mismos.

Cuando hace algún tiempo decidí abrir una ventana personal al mundo de internet a través de este blog, me impuse como meta personal hablar de cultura general y valores humanos, desde una visión tranquila, relajada, que permitiera conocer todo lo bueno que el hombre puede haber aportado durante su desarrollo, tanto al mundo en el que vive como a sus propios congéneres.

Después de un tiempo de diferentes reflexiones sobre el particular, y queriendo iniciar una serie de relatos que tuvieran un nexo de unión y que sirvieran a todo aquél que se
acerca a este humilde rincón de la red para conocer todo lo que se había planteado en un primer momento, resolví hablar de los pueblos indígenas. Era un tema que me había atraído de joven, pero por los distintos vaivenes que tiene la vida, quedó aparcado.

Vi que podía ser interesante para el lector el conocer la diferente manera de pensar o de vivir de los distintos pueblos que habitan la tierra y que aún conservan parte de su cultura, sin que haya sido contaminada por las "delicias" del progreso. Y digo contaminada porque en líneas generales, ellos, los pueblos indígenas, han pagado en mayor o menor medida la factura del progreso y desarrollo de sus sociedades y, sobre todo, de las nuestras. Pongamos como ejemplo el oro. Aún en nuestro s. XXI, cerca del 90% de las industrias que comercian con el oro -es decir, que hacen que este preciado metal llegue a nuestras joyerías y nosotros lo podamos adquirir en forma de cadena, pulsera o anillo de pedida con el que queremos representar nuestros sentimientos más puros y sinceros- obtienen este producto a través de explotaciones auríferas cuyas condiciones laborales hacen que las personas que trabajan en ellas dejen literalmente trozos de su salud en esa labor. Como único detalle decir aquí que la sustancia que se utiliza en esos yacimientos para separar el oro del resto de los materiales con los que se encuentra mezclado es azufre. Este azufre, en contacto con la piedra, se convierte en vapores tóxicos. Vapores tóxicos que son inhalados por los trabajadores. Es verdad que en una temporada de dos o tres meses pueden sacarse el sueldo de un año, y a un nivel de tres a cinco veces superior a cualquier otro trabajo que pudieran encontrar. Pero su "vida laboral" es corta y acaban indefectiblemente enfermos y abocados a una muerte prematura. Y una gran mayoría de estos trabajadores provienen de la población indígena de la zona.

Como este ejemplo ilustra, nuestra cercanía e influencia sobre el futuro, y más bien, sobre la vida de los pueblos indígenas, es mucho mayor de lo que en un primer momento pudiera pensarse. Por ello, creo importante el adentrarse en un viaje en que se recorrerán las costumbres, hábitos y, si fuera posible, pensamientos de estos hombres frente a la naturaleza que les rodea, frente a sus vidas y, nuevamente si ello fuera posible, frente al progreso y desarrollo que, por desgracia, suele presentarles la cara más amarga y menos amable del mismo.

Se tratará de un conjunto de relatos en los que intentaré reflejar los conocimientos actuales sobre los pueblos indígenas de los que hablemos, así como su situación actual respecto a los Estados-nación que los incluyen en sus fronteras territoriales.

Para documentarme sobre el particular, poseo una enciclopedia de aquellos tiempos de juventud en donde se describen las costumbres de estos pueblos desde un prisma de respeto y empatía que es el que yo quisiera dar a mis relatos. Pero consciente que desde entonces han pasado muchos años, más de treinta, y que no sólo los conocimientos y planteamientos habrán variado, sino que además, y vuelvo a decir por desgracia, la influencia negativa tanto desde el punto de vista de pérdida de costumbres ancestrales en aras de una dudosa "globalización", como del enfrentamiento directo contra estas comunidades, hace que la situación de estas poblaciones sea muy distinta actualmente a la de hace tres décadas.

Por ello, y ayudado por la época de internet, he buceado en páginas de organismos oficiales y organizaciones no gubernamentales (WHO, Survival, etc.) para intentar tener datos e historias actualizadas. En esta búsqueda por la red he encontrado una obra -"Pueblos indígenas para el mundo de mañana" de Stephen Corry- que ha  hecho que cambie el punto de vista de estos relatos y que ha provocado un cambio en el prisma en que pretendían ser orientados en un primer momento. De simples relatos basados en las costumbres de pueblos que mantenían la característica paleolítica de cazadores-recolectores o neolítica de primeros agricultores, pasaban a ser relatos sobre pueblos indígenas en su sentido más auténtico. ¿Cuál es ese sentido? Consiste simplemente en darse cuenta que estos pueblos, aunque conserven las formas de vida de cazador-recolector o de agricultor de los tiempos prehistóricos, eso no significa que sean primitivos, atrasados o se hayan quedado a un lado en la evolución y desarrollo humanos. Simplemente significa que aquellos que han querido, y les han dejado, conservar sus costumbres ancestrales las han elegido en contraposición de la forma de vida "civilizada" del resto del mundo. El tiempo histórico también ha transcurrido para ellos y también han sufrido una evolución, como muestra la intervención de los líderes indígenas en aquellos foros nacionales e internacionales donde les han permitido expresar sus ideas, opiniones y sentimientos.

De ahí que en estos relatos haya decidido incluir un punto de vista más actual no sólo en los datos demográficos o antropológicos, sino también en su situación actual y su posicionamiento frente al progreso y desarrollo de los estados en los que están incluidos sus territorios. Por ello, creo que la definición con la que abría esta presentación, que se encuentra en el texto referido anteriormente, y cuya autoría es de Stephen Corry, es la más adecuada para definir las distintas comunidades humanas sobre las que vamos a intentar un acercamiento desde los puntos de vista a que nos hemos referido anteriormente. Y vaya desde aquí mi agradecimiento a este autor por haber aumentado mi visión sobre los pueblos indígenas, así como por haberme hecho entender aspectos de la dignidad humana que están por encima de las premisas del progreso, pues éste último surge de la humanidad y no al revés.