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jueves, 22 de diciembre de 2022

EL SÉPTIMO CÍRCULO DEL INFIERNO. 2017. Santiago Posteguillo

 

Posteguillo vuelve a entrar aquí en el universo literario, acordándose, sobre todo de los escritores, varones o mujeres, que han sido olvidados, discriminados o simplemente silenciados a lo largo de la historia de la literatura.

Y consigue realizar un ejercicio de imparcialidad que le honra, teniendo en cuenta que, por la mayoría de ellos, si no por todos, profesa una profunda admiración.

He de reconocer que yo me he encontrado con escritores que no conocía y que me han causado una honda impresión. Tanta que he hecho algo que hace tiempo no hacía. Marcar la zona en que se encuentra el texto del autor con un doblez en la hoja correspondiente. Por si alguna vez quiero releer el texto.

Es un gran acierto el que Posteguillo introduzca estos textos de los autores a los que está describiendo en los distintos capítulos del libro. De esa manera tenemos una muestra directa de lo que describe y de lo que nos transmite: La admiración por la literatura.

viernes, 11 de febrero de 2022

LA NOCHE EN QUE FRANKENSTEIN LEYÓ EL QUIJOTE. 2012. Santiago Posteguillo.

Es un libro fácil de leer. Y no porque su autor no sea uno de los mejores escritores actuales en lengua española. Sino más bien porque está estructurado en sencillos capítulos en que nos muestra una serie de anécdotas que se guardan en la Historia, con mayúscula, de la literatura de todos los tiempos.

Nos muestra, sobre todo, las peripecias de ciertos autores y de ciertas obras, y cómo algunas de las obras maestras de la literatura estuvieron a punto de perderse. Cómo ejemplo me estoy acordando en estos momentos de "La Metamorfosis" de Franz Kafka. ¿Alguno de ustedes sabe que, poco antes de morir, Franz pidió a su mejor amigo que destruyera todos y cada uno de sus escritos? Pues bien, la renuencia en cumplir con ese "último deseo" por parte de este amigo de Kafka nos ha permitido tener uno de los relatos más inquietantes de la literatura.

Igual que el ejemplo que acabo de contar, pero mucho mejor narrado, se desarrollan muchos otros episodios de la vida de las obras y sus autores en este pequeño libro que seguro ayudará a comenzar a leer a alguno de los clásicos más importantes. Porque... ¿A quién no le pica la curiosidad de leer a Kafka después de saber que podíamos no saber siquiera de la existencia de su obra?

Ahí lo dejo.

domingo, 3 de septiembre de 2017

CUANDO EL SEGUNDO ES EL PRIMERO



Pues por fin ocurrió. Lo voy a narrar como si fuera un cuento.

Hace mucho, mucho tiempo -han pasado un montón de vidas de por medio- un joven ilusionado con su porvenir, se le ocurrió poner sobre el papel una historia a partir de una escena propia que vivió durante su segundo curso de carrera universitaria. Por supuesto, a partir de esa escena, todo lo demás era inventado.

Inventó los protagonistas, inventó los personajes que los rodean, las relaciones entre los mismos, las situaciones que viven y el final también lo inventó. Pero, si reflexiono un poco, no es verdad que ese muchacho los inventara. Fueron ellos, los personajes, los que fueron cobrando vida poco a poco.

El joven les dio el soplo vital necesario para que fueran surgiendo sus deseos, sus motivaciones, la forma en que iban actuando y las decisiones que iban tomando. Todos ellos empezaron a actuar independientemente. Y cuando el joven escritor quiso darse cuenta, los personajes se habían adueñado de la historia, la habían hecho suya, y decidían el final de la misma.

Y así surgió una novela. La primera novela que yo escribí. Y que quedó guardada en el cajón de una mesa, en espera de encontrar alguien que se decidiera a editarla. 

La segunda maravilla de esta historia que ahora os presento es que fue escrita hace la friolera -aunque más arriba no lo he dicho, ahora sí lo desvelo- de 30 años. Y no he variado una coma de ella. Por lo tanto, es un auténtico viaje en el tiempo, al autor que era yo hace 30 años.

Por todo ello, os invito a todos a disfrutar con estas páginas en las que la ilusión campa por todos los rincones de la obra. Se me olvidaba deciros su título. Como os habréis imaginado algunos de vosotros es éste:

sábado, 22 de octubre de 2016

DE PREMIOS NOBELES ANDA EL JUEGO

El camino de la vida. 1512-15, óleo sobre tabla. El Bosco
Por casualidad, me he puesto a leer un libro de Naguib Mahfuz, premio Nobel de Literatura de 1988. Ha sido por casualidad, debido a que es un libro que tenía recluído en una carpeta sobre libros históricos. Estaba dedicado a la figura de Akhenatón, el rey rebelde de la, creo, XXIII dinastía de los faraones de Egipto. Aquel que acabó transitoriamente con el culto a Amón y estableció el culto al plato solar, a Atón.
Llevado por la curiosidad del personaje faraónico, tras dos libros semi-aburridos de tipo histórico, sobre todo el último leído, aterricé en éste. Y el autor me sonaba bastante, pero no terminaba de ubicarle. Cuando leí el prefacio al libro y descubrí su autor, me llevé una gran alegría. Cuando, en el lejano 1988, oí la noticia de que se le daba a un árabe, que además era africano, el Nobel de Literatura me alegre un montón. Se hacía notar que África no era solo un continente donde las noticias que llegaban eran de guerras, hambrunas, masacres, violencia, dictaduras, etc. También en África había gente que valía la pena, gente que trabajaba, gente con valores, gente con talento.
Este año, 2016, en cambio. al oír el destinatario del Nobel de Literatura no supe si llorar o echarme a reír. La literatura es mucho más seria que enlazar cuatro rimas, por muy bien hechas que estén. La literatura es mucho más que lanzar cuatro gritos, chillidos o sonidos más o menos guturales o armónicos y convocar a multitudes que tarareen aquello que supuestamente tú has creado. La literatura tiene una finalidad mucho más profunda que la que se puede obtener de un slogan más o menos bonito acompañado de una música más o menos acompasada.
No puedo valorar a la persona a la que han premiado. Quizá hayan acertado. El tiempo lo dirá. Pero para mí, concretamente a mí, la Academia me ha decepcionado profundamente.
Escrito en el año de nuestro Señor de 2016, a 22 de octubre, en la festividad de Santa María Salomé.
La nave de los locos en llamas. 1505-15, tinta parda agrisada a pluma. Taller del Bosco