Mostrando entradas con la etiqueta Jerusalén. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Jerusalén. Mostrar todas las entradas

viernes, 18 de febrero de 2022

JERUSALÉN, SANTA Y CAUTIVA. 2021. Mikel Ayestaran

¿Qué decir de Jerusalén, la ciudad tres veces santa, que no se haya dicho ya? Pues aquí Mikel Ayestaran nos muestra Jerusalén lejos de los focos de la actualidad política, lejos de los grandes hechos ocurridos en ella, lejos de la mística que puede provocar en aquellos que la visitan, recordemos el "Síndrome de Jerusalén".

El autor nos muestra la auténtica cara de la ciudad actual de Jerusalén, que no es otra que la cara de sus gentes. Repasa a los distintos habitantes de la ciudad, sobre todo de la Ciudad Vieja de Jerusalén, pues es ahí donde se da el enfrentamiento, la competencia, la lucha entre los diferentes pensamientos y las diferentes actitudes que conforman una amalgama de emociones y sentimientos que Mikel es capaz de transmitir a través de la historia de los personajes que hace aflorar en las páginas de este libro.

Yo he tenido la suerte de viajar dos veces a la ciudad disputada por palestinos e israelíes. Y tengo que reconocer que al leer las líneas del libro me he vuelto a sentir transportado a las sensaciones que viví en mi paso por Jerusalén, he vuelto a descubrir a la gente que puebla sus calles y he vuelto a vivir, por desgracia, la distinta actitud de unos y de otros, por no hablar de la discriminación que sufren unas personas respecto a otras, y el enorme abismo de intransigencia que las separa.

Jerusalén. Su triple santidad es una maldición de la que nunca conseguirá librarse.

domingo, 31 de enero de 2021

PADRES APOSTÓLICOS. Siglos I-II. Editorial Ivory Falls Books. 2ª parte.


Nos habíamos quedado en la entrada anterior hablando de la "Didaché", término con el que se denomina el conjunto de normas o acciones y actitudes, recogidas a partir de la predicación de los apóstoles, que era necesario cumplir, o mejor dicho, los comportamientos que debía mostrar aquella persona que quería formar parte del grupo de los cristianos. Era algo así como un catecismo para aquellos que querían bautizarse y así profundizar en su vida de fe y creencia en Jesucristo.

San Bernabé

Pues bien, detrás de este "ejemplo de vida cristiana", esta edición de Ivory Falls Books nos muestra la epístola de Bernabé. Bernabé es el compañero de viajes de San Pablo, en la primera etapa en la que este último recorre Siria y Asia Menor. Después vuelven a Jerusalén para asistir al que ha pasado a ser conocido como el "primer concilio de la cristiandad" y en el cual se van a enfrentar dos posturas muy distintas: Los dogmáticos, encabezados por Santiago, la cabeza visible, según los historiadores, de la Iglesia de Jerusalén, que abogaban por el mantenimiento de las normas y reglas judías dentro del grupo de los cristianos (hasta cierto punto, Jesús era judío, había venido a intentar "rescatar" al pueblo de Israel, y por tanto, se podía argumentar que debía cumplirse con los ritos judíos). Del otro lado se pone San Pablo, con una visión mucho más universal, mucho más integradora y mucho menos rigorista. Parece mentira que éste sea el mismo Saulo de Tarso que hasta hace unos años perseguía con saña a los cristianos, porque los consideraba unos herejes del judaísmo, que no merecían otra cosa que persecución y muerte. Pero nos volvemos a ir del tema.


El caso es que tras este concilio, más bien conciliábulo, en el que se reúnen los pocos "dirigentes" que eran, en ese momento, de los seguidores de Cristo, Bernabé se separa de Pablo. Sus caminos serán distintos. Pablo, siguiendo la costa del Levante Mediterráneo, llegará a Roma, donde sufrirá martirio, será decapitado por su creencia en un sólo Dios y por confesar que Jesús de Nazaret es su hijo. Bernabé, en cambio, desaparece de la historia de "Los Hechos de los Apóstoles", y según los historiadores, se dirigirá a Chipre, donde morirá también por su fe en Cristo.

La epístola de Bernabé tiene dos partes. La primera se dedica a demostrar que Jesús de Nazaret ha sido la culminación de la historia de la Salvación del pueblo judío. Y hace un repaso de todo lo acontecido en el Antiguo Testamento, llegando al Nuevo y enlazando ambos. Está dirigida a aquellos cristianos provenientes de la fe judía, a los que crítica sus dudas acerca de la autenticidad del relato de Jesús como el Mesías esperado por el pueblo judío.

La segunda parte de esta carta se dedica a enumerar una serie de preceptos, muchos de ellos inspirados en el Antiguo Testamento, y que podría constituirse como un añadido a la Didaché de la que hablábamos la semana pasada.

Tras la epístola a Bernabé viene el texto conocido como "El pastor de Hermas". Pero como se va alargando la entrada, lo dejo para la próxima, que será ya la última de esta "minitrilogía" sobre los escritos de los Padres Apostólicos.


Termina el libro que nos brinda la editorial Ivory Falls Books con una epístola y unos fragmentos. La epístola está dirigida a Diogneto, y fue encontrada en Constantinopla a mediados del siglo XV. Aquí el texto, cuyo autor es muy discutido, muestra el estilo de preguntas y respuestas. Respuestas a dudas y cuestiones que plantea, o hace el escrito que se plantee, el tal Diogneto. Parece ser que la fecha de producción de esta epístola es de aproximadamente primera mitad del siglo II. En la misma vemos como se da un repaso a los distintos cultos paganos y su inconsistencia, al sin sentido del culto judío en espera de un Mesías, el cuál ya se ha encarnado como Jesús de Nazaret, y por fin muestra a Dios como un Dios benigno y amante de los seres humanos.

San Papías

Unas pocas palabras sobre los textos con que acaba este libro de los Padres Apostólicos. Los fragmentos de Papías. Éste parece haber nacido alrededor del 70 d.C. y muerto sufriendo martirio alrededor del 150 d.C. Puede haber sido discípulo de Juan el presbítero, no confundir con San Juan Evangelista, y ser compañero de San Policarpo. Sus fragmentos nos muestran sus opiniones sobre Dios y cómo se comprendían en su época ciertos aspectos de la vida de Jesús y de la liturgia cristiana.

Aunque queda todavía la entrada de "El pastor de Hermas", no me resisto a escribir en este momento la conclusión. "Los Padres Apostólicos. Siglos I-II" que nos presenta la editorial Ivory Falls Books es una inmersión en el mundo de hace 1900 años, en cómo veían la vida y se la planteaban aquellos primeros seguidores de lo que luego será una de las creencias mundiales más importantes y con gran influencia en el devenir de la historia. Nos muestra sus pensamientos, sus razonamientos y aquellos que les movía a lo largo de su vida, hasta incluso dejarse matar por sus ideas. Creo que, aunque en algunos momentos nos resulte pesado, vale la pena "bucear" en esos "mares" del tiempo.

Queridos amigos, nos vemos en la red.

lunes, 25 de julio de 2016

SANTIAGO APOSTOL


Resulta que hoy es una de las fiestas que más me gustan. Tanto es así que el año que decidieron retirarlas de las celebraciones, yo estaba dando clases durante los veranos, y era el último que daba clases. Pues bien, decidí que yo sí la iba a celebrar y ese día, a pesar de tener clases desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche, no dí clases. Hubo algún alumno que protestó (siempre tiene que haber algún rebelde) pero, en general, la mayoría lo entendieron.
Porque la mayoría no entendían que el patrono de España, Santiago, no se celebrara. Porque igual que los irlandeses celebran a San Patricio (y no es apóstol, es un simple santo del siglo VII, lo siento pero es así) y no se sienten avergonzados por ello, no entendían porque nos tenían que quitar una de las fiestas nacionales. La sinrazón de la política.
Pero es que, además, Santiago Apóstol está en la base de dos de las devociones más importantes de España. El camino de Santiago, que pese a quién pese, se debe a la devoción a Santiago Apóstol. Y la Virgen del Pilar. Porque la fiesta de la Virgen del Pilar no es porque los maños y mañas se vistan y bailen jotas y haya una basílica allí a las orillas del Ebro. Es porque existe la devoción de que cuando Santiago Apóstol estuvo en España, decepcionado porque no conseguía ningún resultado positivo, cayo en desesperación, y la Virgen, que entonces vivía en Anatolia, se le fue a aparecer en un pilar a orillas del río Ebro para decirle que no se preocupara, que aquella tierra que le parecía tan dura de mollera, sería al final una de las más devotas.
Como veis me salto lo de Santiago Matamoros, porque es algo bastante más posterior, y es la aparición del Apóstol en la reconquista. Sólo me quiero ceñir a la época en que vivía.
Santiago, hijo de Zebedeo, junto a su hermano Juan, llamados los hijos del Trueno, por tener un carácter, digamos, muy fuerte, es el primero en ser ejecutado de todos los apóstoles. Se le corta la cabeza por orden de Herodes Agripa. Por lo tanto, es muy raro que evangelizara España, como dice la tradición. No le da tiempo. De hecho, es a partir de su ejecución cuando se produce la diáspora de los apóstoles por los distintos puntos cardinales del mapa, al considerar que Jerusalem ya no es una ciudad segura para ellos. Quedará una comunidad judeocristiana, que será la más ortodoxa, y el resto tendrá distinta suerte.
Bueno aquí queda mi pequeña contribución de hoy, día 25 de Julio del año de nuestro Señor 2016.

martes, 6 de enero de 2015

LA AUTENTICA HISTORIA DE LOS "REYES" MAGOS


En un día como hoy, en que se celebra, de forma religiosa y laica, una festividad cristiana, la de los Reyes Magos de Oriente, sería importante (o al menos curioso) acercarnos a la auténtica historia de los Reyes Magos, después de haber disfrutado de todos los regalos que sus Majestades hayan podido traernos en este año que comienza.

Para saber el origen de la historia de la fiesta de hoy, hay que dirigirnos a un texto fechado en el s. I de nuestra era. ¿A que suena a erudición histórica? Pero, sin embargo, varios historiadores rechazan dicho texto como histórico, calificándolo más bien de relato novelado. Sea de una u otra manera, el Evangelio según San Mateo es uno de los cuatro aceptados por la Iglesia como verdaderos y se ha tomado como texto histórico desde el principio de la era cristiana.
Recordemos que S. Mateo era apóstol de Jesús de Nazareth, y por tanto, una de las fuentes más fidedignas de la vida del personaje histórico al que se refiere su texto. ¿Por qué no habría que darle la misma credibilidad que a testigos de otros personajes históricos, como Suetonio o Plinio el Viejo, que nos relatan su experiencia al lado de los gobernantes de aquel momento? Pero esa es otra discusión, que nos distraería del tema que hoy nos ocupa.

Hay una "pequeña" pega a la defensa de historicidad del relato de los Reyes Magos que he hecho en los párrafos anteriores. Mateo, como apóstol, conoce a Jesús cuando éste inicia su vida pública. Por tanto, no es testigo directo de su infancia. Tiene, si es que se molestó, que dirigirse a otras fuentes, preguntar a otra gente. Y quizá, la fuente más cercana viva en su momento era la Madre de Jesús. Y si fue verdad (ahora entro en el terreno de la especulación) que preguntó a María, ¿le contaría ésta la verdad, o la adornaría con el relato de sus deseos respecto a esos primeros años? Sea de una u otra manera, hay varios puntos en el relato de los Reyes Magos que no se corresponden a la historia que cuenta Mateo en su evangelio. Y vamos a entrar ya en harina.


El texto dice así:
"Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén..."
Primer choque entre la tradición y la auténtica historia (sea mito o realidad) que nos cuentan los evangelios. Mateo habla de unos magos, no dice en ningún momento que sean reyes. Y podía haberlo hecho, pues estos personajes se dirigen a ver al rey Herodes, como veremos más adelante. Pero ¿qué significa magos en la cultura oriental del s. I? En ese momento los magos no son personas que se dedican a entretener y encandilar al público con trucos de prestidigitación y de desaparición y aparición de objetos o personas. Magos son aquellos que se ocupan de estudiar las razones por las cuales las cosas son como son. Estudian las leyes que rigen el Universo, con mayor o menor fortuna, pero dedican su vida a ello. Por supuesto, en esa época, si no eras lo suficientemente "pudiente", o sea, si no eras rico, no te podías permitir el lujo de estudiar el movimiento de los astros, pues eso es lo que también hacían los magos, sobre todo para dar predicciones a los más poderosos.
Pero hay algo más. En esa época, el término que aparece en el texto de Mateo, que está escrito en griego, usa la palabra "magoi" para referirse a estos personajes. Ese término, "magoi", se reservaba para los sacerdotes de Zoroastro, personaje al que nos referíamos en un post anterior, y que adoraban a Ahura Mazda, divinidad persa que se equiparaba en los fenómenos astronómicos con el sol triunfante o el sol naciente. 

Por tanto, son personas sabias, posiblemente sacerdotes de un culto de más de quinientos años de antigüedad, y astrónomos. En aquel momento, los sabios de Persia gozaban de una gran fama como los mejores en cuanto a los estudios de los astros.
Y otro pequeño detalle. No dice Mateo que la estrella les guiara hasta Jerusalén y que al llegar a la ciudad, ésta desapareciera, como dice la tradición. Sólo dice que estos sabios se presentaron en Jerusalen. Y tampoco dice que eran tres, usa el pronombre personal indeterminado "unos", que da idea de imprecisión en el número. Pudieron ser tres, como dice la tradición, o pudieron ser quince.
Sigamos.


"...diciendo ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle."
Aquí sí aparece la estrella. Pero los magos no dicen que la estrella los dirija. Sólo dicen que la vieron en Oriente y que les ha informado de un hecho, el nacimiento del rey de los judíos, pero no del lugar, ni mucho menos que les acompañara en su viaje hasta Jerusalén. Y por supuesto, si les hubiera acompañado ¿Les habría llevado a Jerusalén? No. Los magos van a Jerusalén porque suponen que es allí donde debe haber nacido el rey. El rey de los judíos, no el mesías. Si la estrella de Oriente guía a los magos hacia el nacimiento del Mesías, no los habría llevado a Jerusalén, sino a Belén.


"Al oírlo el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén."
Cuidado con ésto. Los magos no van a la corte de Herodes. Herodes se entera porque toda Jerusalén se sobresalta. Alguién, unos magos, unos sabios de Persia, nos dicen que hay un fenómeno celeste que anuncia que ha nacido un rey para los judíos. Los judíos, que en esos momentos estaban bajo la autoridad de Herodes, que era un rey no judío, impuesto por los romanos, y que gobernaba con la ayuda de éstos. Para los judíos, una gran noticia. Para Herodes y su corte, una noticia nefasta. Pero Herodes es listo, reacciona rápidamente y les pide a los sacerdotes y escribas que busquen en que lugar de los textos sagrados judíos dice algo del advenimiento de ese rey, "...les preguntaba dónde había de nacer el Cristo." El Cristo, el ungido, como lo fue David, el gran rey, símbolo de la grandeza del pueblo judío. Y Herodes sabe lo que todo eso puede significar. Por eso, una vez que los eruditos de Judea le dicen el lugar:


"Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando lo encontréis, comunicádmelo para ir también yo a adorarle."
Herodes llama a los magos. Insisto. Los magos no van a Herodes, es Herodes el que realiza las indagaciones y cuando tiene el lugar localizado, llama a su presencia a los magos. Pero "llamó aparte a los magos". No quiere que se difunda la noticia. No quiere que haya una peregrinación hacia el lugar donde está el supuesto rey de los judíos, el Cristo. Y antes de darles el nombre de la aldea "...por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella..". Les saca la información sobre la edad del rey, que la iguala al de la "aparición" de la estrella. Vuelve a hablarse de aparición de estrella, pero no de que guíe a ningún sitio, sino de que se trata de un fenómeno astronómico. Herodes quiere asegurarse del enemigo que le surge. ¿Es maduro, con posibilidad de reclutar hombres? ¿Es joven, y aún moldeable? ¿O es un niño, totalmente prescindible? Herodes se comporta como un auténtico estadísta, al pedirles a los magos que "indagad cuidadosamente sobre ese niño" y que después se lo comuniquen. Pero esa es otra historia.
Mateo continúa:

"Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño." Aquí si nos dice que la estrella guiaba. ¿Seguro? Analicemos el texto.
"Se pusieron en camino". Recordemos que Herodes ya les había dicho que se tenían que dirigir a Belén.
"La estrella...iba delante de ellos". Mateo no dice que los fuera guiando. Sólo dice que iba delante de ellos. Cualquiera de nosotros tenemos la experiencia que si estamos andando en campo abierto y nos dirigimos en la dirección que nos marca la luna, siempre la tendremos delante ¿quiere decir eso que nos guía? No. Sólo significa que está ahí. Que mantenemos el rumbo, pero no porque la luna nos guíe, sino porque sabemos que la dirección es la correcta. La luna no se desplaza. Somos nosotros los que la tomamos como punto de referencia. Y recordemos que estos personajes eran magos, sabían interpretar las luces de los cielos y sabían, por supuesto, caminar tomando como referencia la posición de las estrellas.
"hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño". Aquí sí manifiesta Mateo que la estrella se detuvo sobre un lugar determinado. Pero en el ejemplo puesto en el párrafo anterior, cuando nosotros nos paramos, también la luna aparentemente "se para". Y aquí podemos decir que Mateo hace un guiño a la fenomenología. Está relatando la infancia de un personaje que cree que es el Hijo de Dios. Desde nuestro punto de vista, está relatando un hecho lleno de "milagros", Reyes Magos que van siguiendo una estrella y que se dirigen a donde ha nacido un Salvador. Desde su punto de vista, judío del s. I, no ha relatado aún ningún hecho extraordinario. Hasta ahora, visto con la mentalidad judía del s. I, no ha ocurrido nada memorable, ni siquiera la aparición de una nueva estrella que hace que unos sabios se muevan hacía un lugar determinado es algo extraordinario para ese s. I de nuestra era. Por tanto, Mateo deja que la "estrella" quede "encima del lugar donde estaba el niño".


Últimos detalles:
"Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron."
¿En la casa? ¿No estaba el Niño Jesús en un pesebre de un portal en Belén? El último tirón de orejas a nuestra tradición de colocar a los Reyes Magos once días después del nacimiento de Cristo. En la antigüedad, los viajes eran mucho más difíciles de realizar, incluso para gente poderosa. Además, un desplazamiento que suponía cruzar la mitad del mundo conocido en la época precisaba de una preparación cuidadosa, laboriosa y que llevaba su tiempo. Desde que la estrella aparece hasta que llegan a Belén, no sólo se debe contar el tiempo del viaje, que sería de meses, sino también el tiempo de la preparación, que también sería largo, pues hay que tener listas vituallas para el camino, regalos para la persona a la que se va a visitar, dinero para cubrir las distintas vicisitudes del viaje, seguridad para evitar las emboscadas y asaltos de bandas de maleantes que atacaban a las caravanas, etc. Por tanto, nuestros sabios de Oriente llegarían a Belén cuando el Niño, cuyo nacimiento había señalado una estrella en el firmamento, contara con más de un año, incluso dos, de edad. No podían planificar, formar una caravana y realizar el viaje en tan sólo once días.

Última carta que me guardo en la manga. Sólo he hecho referencia a Mateo, habiendo otros tres evangelistas reconocidos oficialmente. ¿Por qué? Ninguno de ellos habla de esta historia de los "Reyes Magos". Sólo Mateo nos la cuenta. Y gracias a él, sabemos que la "misión" de ese Niño nacido en Belén no se limitaba a sus compatriotas, al pueblo judío. Con este relato, Mateo nos cuenta, y les cuenta a los judíos, a los que específicamente dedica su evangelio, que Jesús de Nazareth no viene a "salvar" sólo a los judíos. Jesús de Nazareth viene a manifestarse a todo el mundo. A todo aquel que lo quiera oír.

Los Reyes Magos no eran reyes, no eran magos, no les conducía una estrella. Eran unos sabios de Persia que, interpretando el nacimiento de un fenómeno astronómico, que en su tiempo se podía asimilar a una estrella, buscaron la persona a la que, por su nacimiento, correspondía dicho fenómeno. Fenómeno que para ellos era tan importante como para organizar una caravana para un viaje de un año o más de duración. Les valía la pena. Por tanto, el acontecimiento que señalaba ese fenómeno astronómico debía ser lo suficientemente importante.

Y lo fue.