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martes, 18 de agosto de 2015

CUEVAS (IX): EL DESARROLLO DE LA CIVILIZACIÓN HUMANA


En nuestra entrega anterior, dejábamos al hombre, al Homo sapiens, disfrutando de nuevas piezas de pesca, que ciertos eruditos identificaban como delfines, e incluso focas. Tanto disfrutaban de su caza y de su carne, que los dejaron representados en la zona más profunda de una de las cámaras que posee la cueva de Nerja.

Pero el tiempo pasa para nuestro hombre cavernario y nos plantamos en el periodo de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, antaño llamado Mesolítico, y actualmente, junto a grandes discusiones y polémicas, llamado Epipaleolítico. Durante este periodo, nuestro Homo sapiens, nuestro "cavernícola", nuestro antepasado presenta importantes avances. El clima se hace más benigno. El medio ambiente más favorable. Las presas a cazar o pescar, los frutos o las semillas para recolectar, se hacen más diversos.
Microlitos
La tendencia del hombre es a "fabricar" utensilios más pequeños, llamados microlitos que servirán tanto de punta de flecha, como de elementos añadidos a los arpones para mejorar su eficacia en la sujeción del pez atrapado en los lances de pesca. También desarrollarán buriles para agujerear y cortar piel y raspadores para curtirla, y de esa forma realizar vestimentas para cubrirse y defenderse de las agresiones del ambiente en el que vivían. En cuestión de arte, éste se vuelve más abstracto, más esquemático, decorando cantos rodados con una serie de bandas, puntos y figuras ramiformes.

Y continuando nuestro viaje en el tiempo de la cueva de Nerja, alcanzamos el siguiente periodo: el Neolítico. La comunidad humana que se asienta en la cueva durante este periodo es mucho más importante. Esto viene demostrado por la existencia de vestigios de un grupo humano organizado. Lo demuestran los enterramientos comunitarios, la presencia de animales domésticos; no sólo el perro, sino también ovejas y cabras que muestran el descubrimiento de la ganadería por parte de la población asentada en la sierra de Almijara. Aparecen además utensilios de cerámica, herramientas, adornos y joyas, haciéndonos pensar en que esta población comienza un avance cultural y tecnológico importante y que le lleva a estar en el seno de lo que se ha dado en llamar Revolución Neolítica. Esta fase se extenderá del 7.000 a.C. hasta aproximadamente el 4.800-4.000 a.C.

Periodo Calcolítico o Edad del Cobre

Y, por último, tenemos el periodo Calcolítico, más conocido como Edad del Cobre, que abarca del 4.000 al 2.000 a.C. Ya vimos al principio de nuestro viaje por la prehistoria de la cueva de Nerja lo que supuso la transición de la Edad de Piedra a la Edad de los Metales. Como el hombre comenzó a tratar, elaborar y fundir los metales. Como con la ayuda de las técnicas de cerámica llegó otro gran avance: el descubrimiento de la aleación de los metales. Durante esta fase, en la cueva se han encontrado abundantes puntas de flecha, vajillas cuya elaboración es mucho más complicada que las de anteriores periodos. Incluso se han llegado a encontrar  pesas para telares que nos hablan de una industria textil primigenia.

En el arte correspondiente a este periodo encontraremos grabados en rojo en los cuales quieren representar figuras humanas ejecutando algún tipo de danza. También habrían signos esquemáticos de distintas formas geométricas, a veces asemejándose a frisos. Pero aparecerán grabados bitriangulares que los eruditos han querido hacerlos corresponder con ídolos femeninos, con un principio de sentido religiosa ya conceptualizado en figuras humanas o humanoides.

Y aquí acaba la prehistoria de la cueva de Nerja. Según los sabios, alrededor del 2.000 a.C. se producirá una riada. Unas fuertes lluvias, u otro fenómeno meteorológico, provocarán una gran avenida de aguas que arrastrarán rocas y sedimentos, tapando la cueva. Todo el intrincado laberinto de cámaras subterráneas, pasadizos, toboganes, todos los restos de la actividad humana durante más de 20.000 años, sus utensilios, sus dibujos, sus tumbas quedarán sellados. La entrada desaparecerá hasta que un grupo de chiquillos, de rapazuelos, decidan investigar, casi 4.000 años después, que es lo que hay más allá de unas estalagmitas encontradas por casualidad mientras pretendían cazar murciélagos, en un atardecer de enero, de la sierra de Almijara.


martes, 4 de agosto de 2015

CUEVAS (VII): NUESTROS TATARABUELOS

Situación cueva de Nerja
En la entrada número VI vimos la historia geológica de la cueva de Nerja, y el mecanismo que sirvió a la madre Naturaleza para "construir" las grandes naves que constituyen dicha maravilla ambiental. Pero en las entradas que dedique a su descubrimiento hablé de como los muchachos que dieron con ella se tropezaron con huesos humanos. Y es que la historia, mejor dicho, la prehistoria de los habitantes de la cueva es más apasionante aún si cabe, que la historia geológica de su formación.

En los estudios realizados por los arqueólogos, la datación, la fecha que dan para los primeros pobladores de estas cuevas es de aproximadamente 25.000 años a.C. Las cuevas estuvieron habitadas hasta hace unos 4.000 años. En ese momento, en el 2.000 a.C., la cueva queda sellada y se interrumpe la ocupación de la misma por parte del ser humano hasta que en 1959 unos chiquillos audaces, llevados por su curiosidad, penetran, exploran y dan a conocer al mundo la existencia de la cueva.

Por tanto, los humanos ya en el Paleolítico superior, período que comprende desde 38.000 a.C. hasta el 10.000 a.C., pasaban su vida en estas cuevas. Se han encontrado restos de cerámica, silos, pulseras y otros objetos de adorno, y enterramientos colectivos.
Cuenco hallado en la cueva de Nerja
El último período de ocupación corresponde a la Edad del Cobre, que se extiende del 4.000 al 2.000 a.C., en el cual ya se ha superado el Neolítico, ya ha finalizado la Edad de Piedra de la prehistoria y comienza la Edad de los Metales. En este último período, el hombre comenzará a usar los metales, concretamente el cobre. Primero lo hará como en la edad de piedra, martilleándolo y de esa manera obteniendo objetos más o menos toscos. Pero después, el desarrollo de las técnicas de la cerámica permite conocer el calentamiento y el modelado de ese nuevo elemento que es el cobre, perfeccionando las formas, multiplicando las utilidades del nuevo material y consiguiendo en último término la mezcla con otros metales, la aleación. Aleación con estaño que dará lugar al bronce y provocará el comienzo de una nueva edad, la Edad del Bronce.

Extensión cultura Auriñaciense

Pero volvamos a la Edad de Piedra. Volvamos al Paleolítico superior. Los restos humanos más antiguos hallados en la cueva de Nerja nos sitúan unos 27.000 años atrás. Los restos son escasos y corresponden a la cultura Auriñaciense. En esa época, el homo sapiens es el único homínido que habita la superficie terrestre. Sus hermanos, dentro de la familia de los homínidos, han desaparecido. Parece ser que el homo erectus evoluciona para dar lugar al homo sapiens. Y parece que el hermano mayor del homo sapiens, el homo neanderthalensis, el hombre de Neanderthal convive con él durante algún tiempo. el hombre de Neanderthal es un homínido adaptado al frío, de aspecto más bien tosco, cuerpo más robusto, huesos más duros, talla más pequeña. Todas estas características le permiten sobrevivir en la época glacial, en que en todo el hemisferio Norte del planeta los hielos avanzan cubriendo gran parte de la superficie terrestre.


Parece ser que el cambio climático, el calentamiento de la Tierra, hizo desaparecer al hombre de Neanderthal. Parece que con la retirada de los hielos, las presas de las que se alimentaba desaparecieron. Y en este panorama de desolación aparecieron sus hermanos pequeños. Más gráciles, de aspecto más "refinado", con una mayor capacidad intelectual. El hombre de Cromagnon, el homo sapiens, vino a sustituir, a desplazar, al señor de los hielos, al hombre de Neanderthal.

Por tanto, la cueva de Nerja, a lo largo de más de 20.000 años de ocupación ha tenido un único homínido habitándola. Nosotros, el homo sapiens.