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sábado, 27 de agosto de 2016

LCP XXXIII: LOS MASAIS DE LOLIONDO

Vista aérea de la ciudad de Loliondo, al norte de Tanzania.
Queridos amigos de La Cultura de los Pueblos. Hoy, al contrario de lo que vengo haciendo, empiezo por el final. Y me explico. En los pueblos anteriores, los sam y los pueblos del río Omo, he empezado con una breve presentación histórica de los mismos, para luego pasar a intentar describir su vida, bien en boca de ellos mismos como protagonistas, o bien intentando describir sus usos y costumbres de una forma lo más sencilla y amena posible. Por último, y como colofón a todo el conocimiento que hemos ido adquiriendo a través de estos días en que hemos estado en contacto con estos pueblos, he pasado a hablar de la problemática actual de dichos pueblos. Del por qué en estos momentos se puede considerar que se encuentran amenazados por parte del hombre civilizado, por parte de una cultura del desarrollo que, sin negar todo el bien que ha supuesto para la humanidad, tiene sus indudables puntos negros. Y esa amenaza es tan grave que puede llegar a la desaparición de dicha etnia, de dicha raza o de dicho pueblo junto con sus tradiciones, sus costumbres y su cultura propia y única.
Guerrero masai

Pero al hablar del pueblo del que quiero hoy hablar, tengo que retrotraerme a mi niñez. A aquella niñez en que uno oía historias de unas tierras muy lejanas, en dónde los hombres y mujeres eran recios, altos, fuertes, sin un gramo de grasa en sus cuerpos, hechos de ébano, forjados por el sol y la sabana africana. Aquellas historias en las que un joven, armado sólo del escudo y de la lanza, se enfrentaba al gran rey de los animales, que no de la selva, para demostrar su valentía. Historias, en suma, dónde la arrogancia no era un defecto, pues ante un guerrero massai, la arrogancia y la gallardía de su porte no muestran ni más ni menos que uno de los cuerpos mejor esculpidos por la madre naturaleza para vivir en un ambiente tan hostil como es el de la sabana africana.

Y cómo es posible que a lo largo de todos estos días surjan muchas historias de éste tipo. Como creo que las historias que oí, puede ser interesante que ahora sea yo el que las cuente, para así ir pasando el testigo a aquellos que, como yo en aquellos días, quieran oírlas. Como puede que hablemos de muchas más cosas a partir de hablar de los masai, por eso mismo, hoy empiezo por el final. Empiezo hablando por el conflicto que ha hecho que los incluya en este viaje por los distintos pueblos amenazados de nuestro planeta Tierra.

Mapa que muestra la localidad de Loliondo, situada en una zona rodeada de los principales parques nacionales y
reservas naturales de África Oriental.

Y empezamos la historia en una localidad de Tanzania. Para aquellos que no lo sepan, Tanzania es un país de África Oriental, fruto de la unión de Tanganika, la parte continental, y de la isla de Zanzíbar, la parte isleña. Y tiene una de las zonas de fauna más rica y privilegiadas de todo el mundo. Y sé que no exagero. En el norte de Tanzania se encuentra el mítico Parque Nacional del Serengueti, cuya prolongación en el vecino país de Kenya forma el Parque Nacional del Masai Mara, se encuentra el también mítico cráter del Ngorongoro, cerca de él la Garganta de Olduvai, el monte Kilimanjaro, el lago Natrón y tantos otros lugares. Pues bien, Loliondo, que es la localidad que nos ocupa hoy, se encuentra situado en medio de todo ese paraíso. Y sufre la desgracia de todo aquello que se encuentra en medio del paraíso, sin serlo.

En Loliondo vive una comunidad Masai importante, que ha venido siendo desplazada de los parques nacionales. En un primer momento, en la década de los años 40 del s.XX, creyendo que la acción de las poblaciones indígenas era negativa para los animales de las zonas protegidas, se produjo el desplazamiento de las poblaciones masai de dichos parques a áreas fuera de los mismos, con lo que perdieron ricas zonas de pastoreo. Posteriormente, estudios más concienzudos dieron al traste con el concepto simplista de que cualquier tipo de actividad humana perjudicaba el entorno natural. Con ello, los gobiernos de la ya independiente Tanzania prometieron a los masai la recuperación de sus tierras, al menos para vivir en ellas de la forma tradicional, hecho que nunca se produjo. Y al final, en los años 90 ocurrió la gota que colmó el vaso. El gobierno decidió asignar la zona de Loliondo a una empresa extranjera de safaris de caza, sin tener en cuenta los derechos de las tierras comunitarias existentes de los masai.

Foto de la cacería en Loliondo en 2009 del príncipe heredero de Dubai.
Posan con una avutarda de Kori, una de las presas abatidas en dicha cacería.
¿Qué ocurrió a partir de entonces? El conflicto comenzó poco a poco. Primero por denuncias de incursiones de pastores masai en terrenos que estaban restringiéndose para la caza y que hasta ese momento habían sido de uso comunal de los masai. Después vinieron enfrentamientos entre pastores masai y personal de la empresa. El conflicto fue aumentando de tono al intervenir los guerreros masai y las fuerzas del orden gubernamentales. Hubo evacuaciones brutales, en algunos casos con quema de poblados.

El desalojo de cientos de masai en 2009 por parte del gobierno fue la mecha que encendió el fuego que permitió que la comunidad internacional se fijara en este problema. Numerosos grupos de derechos humanos, nacionales e internacionales, se pusieron a favor de los masai e iniciaron acciones tendentes a la recuperación de la zona y la paralización del proyecto. Sin embargo en marzo del 2013, el ministro de Turismo y Recursos Naturales anunció un plan según el cual el 40% del área de Loliondo se convertiría en Reserva Natural, exclusiva para la fauna salvaje, y precisamente afectaría a los seis pueblos masai de la zona. Y el movimiento comunal masai se puso en marcha nuevamente.
Reunión masai en Oloipiri el 25 de marzo de 2013, contra la decisión gubernamental de crear la reserva natural.
Miles de masai decidieron iniciar acciones legales que incluían al parque nacional del Serengueti,
líderes políticos e, incluso al primer ministro, Mizengo Pinda.

Las comunidades masai, apoyadas por ONGs de Tanzania, se movilizaron política y legalmente para defender sus derechos. Ésto atrajo una mayor cobertura por parte de los medios de comunicación y abrió el debate sobre los derechos de la tierra y los distintos modos de desarrollo tanto en Tanzania en particular como en África en general.

Mizengo Pinda, primer ministro tanzano de 2008 a 2015
Gracias a estos esfuerzos, el primer ministro tanzano, Mizengo Pinda, anunció en septiembre de 2013 que derogaba el proyecto, pues la tierra pertenecía a los masai. Por fin, aunque sea una gota en el océano, una comunidad indígena, rural, remota y marginada, conseguía una victoria sobre la "apisonadora" del progreso desmedido. ¿Qué lecciones nos pueden enseñar estos masai desde la humildad de sus hogares?

1ª/ Uno de los puntos que ha permitido la victoria ha sido el posicionamiento de distintos organismos sociales, tanto nacionales como internacionales, detrás de la causa de los masai de Loliondo. La lucha de la comunidad local precisa del apoyo de organizaciones que sepan estructurar sus esfuerzos y encauzarlos hacia las vías adecuadas.

2ª/ La cobertura mediática internacional también ha jugado un papel muy importante. Seguramente, sin esa repercusión internacional, muy posiblemente, la decisión de realojo del pueblo masai no se hubiera desechado con tanta celeridad. Pero no nos "pongamos medallas" los medios internacionales. Han sido los propios masai los que, con sus redes locales de teléfonos móviles y su imaginación, han sido capaces de atraer la atención de los grandes medios de comunicación y del gran público.

Uno de los "utensilios tecnológicos" que sirvió al pueblo masai para hacer
visible su movimiento comunal de defensa de sus tierras.
3ª/ De hecho, la existencia de móviles y de redes de comunicación de tipo global, permiten una mejor transmisión de la comunicación, no sólo de texto, sino también de fotos y vídeos, por lo que el apoyo externo se puede movilizar en días. Hace unos cuantos años se hubieran necesitado semanas o meses, eso si es que se hubiera conseguido.

4ª/ Las mujeres han jugado un papel fundamental en esta labor. A pesar de que la sociedad masai está dominada por hombres, las mujeres han asumido un papel de liderazgo y de trabajo que es el que las ha convertido en el auténtico motor de esta "pequeña" revolución. Son las que han sido capaces de caminar decenas de kilómetros para montar reuniones y dar charlas de información sobre la situación que se estaba viviendo.

Una de las voluntarias explica al grupo local los distintos derechos sobre las tierras y las distintas acciones que se estaban
realizando en esos momentos.

5ª/ Tanzania tiene una de las leyes más progresistas del continente africano en términos de protección de derechos de las comunidades sobre la protección de las tierras. Los masai de Loliondo tenían esos derechos sobre sus tierras documentados, por lo cual pudieron presentar su caso con total eficacia ante los tribunales tanzanos.

6ª/ Tanzania se está convirtiendo cada vez más en una vibrante democracia multipartidista, en donde el ciudadano tiene la oportunidad de ser oído, pero también tiene la oportunidad de sancionar a sus dirigentes con su voto en contra en las siguientes elecciones, algo que no se puede decir de otros estados africanos.
Fila de votantes en las elecciones de 2013, en la localidad de Loliondo, en su mayoría de etnia masai.

Hoy, como veis, acabamos con una buena noticia para nuestros protagonistas. A partir de la próxima entrada, comenzaremos a hablar de su cultura, sus usos y sus costumbres.

Hasta entonces, un abrazo. Nos vemos en la red.

Vista de la ciudad de Loliondo.